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lunes, 26 de abril de 2010

Invictus

Ayer por fin, a unos cuarenta y tantos días del Mundial, vi Invictus. Para los que no sepan de que hablo, es una película que narra cómo Mandela aprovecha el rugby, históricamente visto en Sudáfrica como un deporte de “blancos represores y racistas” para unir a un país sin distinción de colores, por lo que va siguiendo el desempeño de su equipo buscando que estos ganen el Mundial de la especialidad, del cual serán anfitriones.

Después de verla, aumentó todavía más mi miedo por el primer partido. Lejos de mostrar la manera de pensar de Mandela, esta película habla de algo muy claro: INSPIRACIÓN. Aquello que nos hace seguir día a día, despertar por la mañana con ganas de comernos el mundo. Es una palabra que aparece constantemente en la historia del deporte, y que seguramente seguirá apareciendo.

Yo no puedo ponerme a decir las mayores inspiraciones históricas, porque llevo poco tiempo siguiendo deportes, pero puedo pensar en un Barnsley, equipito de divisiones inferiores de Inglaterra, sacando al Liverpool de la FA Cup hace unos años. También de un Alcorcón que goleó al Real Madrid para sacarlo pronto de la Copa del Rey. O Turquía y Rusia de la pasada Euro, llegando mucho más allá de todo pronóstico. Incluso la selección de EUA que sacó a la favorita España e hizo sufrir a Brasil en la final de la Confederaciones. Todos contaban con la inspiración como ese extra que les ayudaba a seguir avanzando cuando la técnica es limitada e inferior a la del contrario.

Y claro, Sudáfrica no está exento de inspiración. Esta película es una clara muestra, y en cuanto a futbol, queda claro al recordar que a pesar de que su selección probablemente ni clasificaría de no ser anfitriona, pudo abrirse paso hasta las semifinales de la Confederaciones y hacer sufrir muchísimo a Brasil, que tuvo q esperar un balón parado para meter un gol de tiro libre que les dio el pase a la final. Mi preocupación viene porque después de que capté que había visto una gran película, no pude dejar de pensar en lo mismo que he pensado desde el sorteo del Mundial.

México si parece una selección exenta de inspiración, ya que son raros los partidos en los que, sin importar el resultado, los aficionados quedamos satisfechos con el desempeño, porque “se dio todo”. Cierto, en el papel México tiene más cualidades tácticas que la selección sudafricana, pero ojo, en ese partido está el futuro de México, y yo no sé si los seleccionados y cuerpo técnico así lo entiendan.

El 11 de junio, la selección saltará al Soccer City y se encontrará, de inmediato, con algo a lo que no está acostumbrado. México es el único país de la CONCACAF que no está acostumbrado a saltar al césped de un estadio enorme donde 90mil 0 100mil gargantas gritan en tu contra. Duele decirlo, pero si la selección va confiada, como es lamentablemente costumbre cuando se juega con una selección inferior, al pisar la cancha y sentir 90mil voces y vuvuzelas yo creo que “les temblarán las patitas”. Después, iniciará el partido y tenemos garantizado que Sudáfrica, con todas las carencias que puedan llegar a tener, va a poner el 110% y no va a dejar nada en la cancha.

¿Qué le queda a México? Entender que esto no es un juego programado en el XBOX, donde si pones a un equipo de 4 estrellas contra uno de 2 ganará siempre el de 4. Esto es la vida real, donde juegan personas reales y donde influyen muchos factores. Si México se confía al saberse superior en el papel e ignora estos factores, ese partido probablemente se perderá y México tendría entonces que buscar su clasificación ante dos selecciones mucho más complicadas con el ánimo por los suelos.

Yo estoy casi segura de que la selección de Sudáfrica verá “Invictus” la noche anterior al inicio del Mundial, ¿qué hará México para encontrar la inspiración que los motive a ser mejores?

No olviden comentar.

VeRo T